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Directiva CSDDD

Disposiciones de la Directiva CSDDD que merecen especial atención por parte de las empresas

La Directiva CSDDD (Directiva sobre Debida Diligencia sobre Sostenibilidad Empresarial, por sus siglas en inglés) se aprobó el 24 de abril de 2024 y las organizaciones cuentan con un plazo de dos años para cumplir con sus disposiciones. La norma marca un hito en la evolución de los estándares de sostenibilidad, responsabilidad social y derechos humanos.

Con ella, las organizaciones cuentan con una herramienta más para alcanzar sus objetivos ambientales y sociales. La debida diligencia basada en riesgos, que es el elemento innovador presente en la Directiva CSDDD, ayudará a las organizaciones a priorizar recursos y esfuerzos enfocándose en los problemas más graves y probables.

Las organizaciones encuentran además una herramienta que les dota de mayor capacidad para identificar cuestiones materiales en su cadena de suministro, así como para cumplir con las obligaciones de presentación de informes.

¿Qué novedades introduce la Directiva CSDDD?

La Directiva CSDDD llega en un momento en el que es evidente el crecimiento de la desigualdad social y de la degradación ambiental. A esto se suma un escenario geopolítico convulso. Son elementos que agravan la situación de personas que dependen de los recursos naturales.

Esta directiva europea llega para complementar los objetivos de CSRD, consolidando así el esfuerzo más ambicioso de afianzar y armonizar el trabajo de sostenibilidad en toda la cadena de suministro a través de la presentación de informes ESG.

La Directiva CSDDD afecta de forma directa a las organizaciones con una facturación superior a 450 millones de euros en el territorio de la Unión Europea. Sin embargo, lo interesante e innovador está en el alcance que tiene sobre la cadena de suministro, aunque esta sea global.

Esto significa que las organizaciones incluidas en el ámbito de aplicación de la norma, que serán más de 5.000 solo en la UE, tendrán que monitorear las operaciones de sus socios comerciales. El objetivo es identificar y tratar los riesgos ambientales o de protección de los derechos humanos generados por sus operaciones.

La debida diligencia en la Directiva CSDDD

La debida diligencia en la Directiva CSDDD se basa en las directrices establecidas por la OCDE, que se resumen en seis solicitudes:

  • Integrar debida diligencia en políticas y en la gestión de riesgos de la organización.
  • Identificar, evaluar y tratar impactos adversos, de acuerdo con su gravedad y su probabilidad de ocurrencia.
  • Prevenir, mitigar o tomar acciones para minimizar el impacto de riesgos contra la sostenibilidad y los derechos humanos.
  • Supervisar la eficacia de las acciones de debida diligencia.
  • Hacer públicos el trabajo de debida diligencia.
  • Crear planes para reparar los daños producidos por impactos adversos reales.

En resumen, las organizaciones deben tratar sus impactos adversos, pero también preocuparse de los de sus socios comerciales. Es un enfoque pragmático que promueve la colaboración estrecha y la necesidad de asumir responsabilidades conjuntas cuando se generan daños, aunque una o varias organizaciones en la cadena no sean responsables.

¿Qué disposiciones de la Directiva CSDDD merecen especial atención?

El primer impacto está en la necesidad de cambiar las prácticas comerciales para implementar la debida diligencia y ajustarla a estándares internacionales. Tres disposiciones de la Directiva CSDDD deben captar la atención de las organizaciones:

1. Extender el alcance dentro de la cadena de suministro

El mandato sobre debida diligencia no se limita a los proveedores inmediatos. La directiva exige abordar toda la cadena de suministro. Esto implica hace un mapeo sobre los sistemas de gestión de riesgos de los proveedores hasta el inicio del ciclo productivo. Esto, por supuesto, implica destinar recursos a la debida diligencia y a las áreas de gestión de riesgos.

El desafío está en llegar a reconocer y tratar impactos en niveles lejanos de la cadena en los que la influencia o la participación de la organización son leves o inexistentes. Sin embargo, la exigencia es para que las organizaciones supervisen la eficacia de la gestión de riesgos y verifiquen el cumplimiento de las obligaciones ambientales, sociales y de gobernanza, según determina la Directiva CSDDD.

2. Interactuar de forma directa con las partes interesadas y comprometerlas

Uno de los desafíos que es necesario superar es la posibilidad de asumir la debida diligencia como una licencia para invadir la autonomía y la jurisdicción de otra organización. Es preciso tener en cuenta que en esas empresas hay partes interesadas a las que les compete saber qué se hace, por qué se hace y cómo pueden contribuir. Trabajadores, sindicatos y órganos de gobierno de las empresas monitoreadas necesitan recibir información y que esta sea clara, oportuna y respetuosa.

Esto requerirá implementar proceso de comunicación, diálogo y consulta. La interacción sincera y respetuosa es la clave para una debida diligencia productiva y esta puede llevar a una conveniente reducción del desequilibrio de poder y una retroalimentación sincera, resultado de escuchar opiniones contrarias pero valiosas.

3. Valorar la debida diligencia ambiental y su impacto en los derechos humanos

La debida diligencia ambiental utiliza mediciones de carácter técnico o científico para comprobar el resultado de los esfuerzos para disminuir el impacto adverso sobre el medio ambiente. La Directiva CSDDD va más allá, puesto que agrega la necesidad de evaluar los impactos ambientales de acuerdo con el impacto que la degradación tiene sobre los derechos humanos de comunidades o grupos de personas.

Estas afectaciones se relacionan con la capacidad para alimentarse, el acceso a agua potable o impactos sobre la salud. Esto obliga a los equipos de gestión ambiental a trabajar de la mano de los encargados de la protección de los derechos humanos para identificar puntos de conexión y tratar los riesgos identificados.

Plataforma Tecnológica ESG

La Plataforma Tecnológica ESG es una innovadora solución asistida por Inteligencia Artificial. Su diseño responde a la necesidad de simplificar los procesos de producción de informes ESG, entre otras tareas requeridas en un modelo de gestión avanzado.

Esta herramienta reúne las funcionalidades imprescindibles para cumplir con los requisitos de la Directiva CSDDD y de otros estándares, con la capacidad para recopilar información, analizarla y generar informes inmediatos.

Es, además, una solución flexible que se adapta a todo tipo de organizaciones para impulsar su mejora continua y optimizar la gestión ESG. Si necesitas mayor información, solo tienes que contactar con nuestros asesores aquí.

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