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Sostenibilidad Corporativa

Sostenibilidad corporativa: estrategias para el éxito a largo plazo

La sostenibilidad corporativa es como una mesa que se sostiene sobre tres soportes, que son los criterios ESG: medio ambiente, social y gobernanza. Ninguno de ellos es más o menos importante que el otro. Si así fuese, la estructura perdería estabilidad y se derrumbaría.

Continuando con el símil, el elemento que une las patas al tablero de la imaginaria mesa es, en el caso de la sostenibilidad corporativa, una amalgama de transparencia, trabajo, ética e igualdad. El resultado es un crecimiento que tiene en cuenta a todas las partes y que se ocupa de las generaciones futuras.

Esa estructura, por otra parte, necesita crecer y también garantizar su estabilidad y su funcionalidad para las personas que lleguen a ella mañana. Se entiende así que la sostenibilidad corporativa es un proyecto a largo plazo.

Qué es la sostenibilidad corporativa

La sostenibilidad corporativa se define como la capacidad que tiene una organización para crecer satisfaciendo las necesidades de sus inversionistas, de sus empleados, de la comunidad en la que opera y de los estados a los que pertenece. Todo ello sin afectar a su entorno, cuidando los recursos naturales, adoptando las mejores prácticas comerciales y preocupándose por las personas.

Pero falta algo muy importante: la sostenibilidad se preocupa de que las generaciones futuras encuentren los mismos recursos, y de ser posible, en mayor cantidad. Este es el propósito esencial de una estrategia de sostenibilidad corporativa.

Cómo alcanzar la sostenibilidad corporativa exitosa a largo plazo

En ocasiones, las acciones corporativas fallan o solo funcionan para un corto periodo de tiempo porque no tienen en cuenta el necesario equilibrio entre sus tres componentes: medio ambiente, social y gobernanza. Es un principio básico, como también lo es que no existe sostenibilidad sin crecimiento.

Cuidar el medio ambiente, que es un propósito loable, no representa sostenibilidad si no se acompaña de crecimiento, de empleo, de rentabilidad para inversores y de mejores condiciones para los trabajadores y para la comunidad. El reto es conseguirlo y, para ello, estas nueve ideas pueden marcar la diferencia:

1. Integrar la sostenibilidad en la estrategia de negocios

Crear un área paralela, aislada y a la que no siempre se tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones para gestionar la sostenibilidad es un gran error. De hecho, la idea es que la sostenibilidad corporativa sea el eje conductor y las estrategias de negocios se integren con ella.

Esto implica que los objetivos de negocios y de sostenibilidad necesitan estar alineados. También que las decisiones, además de pasar por los filtros comerciales, deben hacerlo por los de sostenibilidad para cada uno de sus ejes.

2. Integrar a las partes interesadas

La sostenibilidad se adopta como principio y como finalidad en los negocios porque se busca satisfacer, ahora y en el futuro, las necesidades de personas, organizaciones o comunidades. Por ello, sería interesante contar su participación en el diseño de cualquier estrategia de sostenibilidad corporativa. Esas partes son empleados, consumidores, miembros de la comunidad, estados, organismos reguladores, proveedores, inversionistas, etc.

3. Promover la innovación tecnológica

Es común considerar la tecnología como némesis de la sostenibilidad. Sin embargo, investigación y desarrollo, que derivan en innovación tecnológica, son aliados de la sostenibilidad corporativa en el propósito de alcanzar una operación limpia, que genere crecimiento social y económico. La sustitución de materias primas poco amigables con el planeta y de combustibles fósiles solo serán posibles con el uso de tecnologías punta.

4. Construir cadenas de suministro sostenibles

Los esfuerzos de una organización para implementar estrategias de sostenibilidad corporativa exitosas pueden verse rebajados si se emprenden dentro de una cadena de suministro que no trabaja con el mismo propósito. Es uno de los motivos por los que la directiva CSRD, entre otras regulaciones, exige la práctica de la debida diligencia en la cadena de valor, en sentido ascendente y descendente.

5. Enfocarse en el uso de fuentes de energía limpias

Un postulado esencial en cualquier estrategia de sostenibilidad tiene que ser la disminución o eliminación del uso de energías tradicionales. La tendencia es hacia el empleo de energías renovables como la solar, la eólica o, en menor grado, la hidráulica. La apuesta por las energías renovables permite disminuir costes, reducir la huella de carbono y, en general, mejorar los indicadores ESG.

6. Crear cultura de sostenibilidad

La cultura de sostenibilidad es quizá el ingrediente más efectivo en una estrategia que busque asegurar el éxito hacia el futuro. Lo es porque la verdadera cultura se transmite a las personas alrededor, a la comunidad y también, como es necesario, hacia las generaciones venideras.

Crear una cultura sólida de sostenibilidad requiere invertir en formación, en capacitación o en programas de recompensas para quienes hagan contribuciones importantes al proyecto.

7. Presentar informes ESG y de sostenibilidad

Los informes de sostenibilidad representan un gran avance para reafirmar y promover el esfuerzo asociado, común, de las empresas que operan en la Unión Europea. La presentación de informes ESG hace que las organizaciones integren sus objetivos ESG con sus estrategias de negocios. Pero también crea metas que no se buscaría alcanzar de otra forma.

Por otra parte, los inversionistas, los reguladores y los consumidores creen en las empresas que presentan informes y que entregan indicadores de rendimiento que siempre tienden hacia la mejora.

8. Generar resiliencia y adaptabilidad

El calentamiento global es una realidad y tanto personas como organizaciones necesitan aprender a convivir con el riesgo climático. Por supuesto, es preciso trabajar para revertir, o por lo menos detener, sus efectos. Entre tanto, las organizaciones necesitan trabajar en mejorar la capacidad para resistir, para levantarse y para adaptarse a nuevas condiciones climáticas. Es parte de la sostenibilidad corporativa.

9. Incorporar tecnología a la gestión ESG

No es posible imaginar un área, dentro de una organización moderna, que pueda prescindir de la tecnología. La Transformación Digital es especialmente necesaria en la gestión ESG. El motivo es que proporciona plataformas o aplicaciones especializadas en cubrir cada uno de los puntos críticos, como la obtención de métricas o indicadores eficaces o la presentación de informes ESG y de sostenibilidad.

Plataforma Tecnológica ESG

La Plataforma Tecnológica ESG es un desarrollo tecnológico basado en la nube y asistido por Inteligencia Artificial. Se ha desarrollado con el objetivo de ayudar a las organizaciones modernas a alcanzar sus objetivos ESG y a cumplir con las obligaciones regulatorias, entre ellas, la presentación de informes de sostenibilidad.

Este software trabaja sobre un modelo PDCA que promueve y asegura la mejora continua. A través de diferentes aplicaciones que trabajan de forma interconectada, la plataforma busca resolver problemas y desafíos propios de organizaciones modernas y de todo tipo.

Solicita más información sobre el funcionamiento del software y comprobarás cómo puede convertirse en aliado imprescindible para tu organización. Solo tienes que contactar con nuestros asesores, sin compromiso alguno.

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